Una mirada diferente
A veces solo basta con cambiar la perspectiva para encontrar lo maravilloso de cada espacio, por eso, salimos a recorrer esos lugares de siempre que sabemos -o al menos creemos- conocer de memoria. Desde el cielo, el paisaje cobra un valor único: los humanos desaparecen para dar paso a una naturaleza inmensa descubierta desde nuevas miradas nunca antes vistas.
Las serranías se fusionan con el mar cual si fuera una pintura renacentista en el Poblado de Betlem.
Inaugurado en 1861, este faro se encuentra a dos kilómetros de Cala Ratjada en la cumbre de la punta más oriental de Mallorca.
Casi ocho mil habitantes constituyen el pueblo de Artá fundado durante el siglo XV. Sus más de 25 kilómetros de costa aún se conservan en estado natural.
Una verdadera postal de Capdepera permite descubrir la armonía de su geografía desde las alturas de la montaña. Una arquitectura sin demasiadas protuberancias se vuelve protagonista cuando el atardecer transforma el cielo en una paleta de múltiples colores.