Arraigadas en la identidad de todo un pueblo, estas festividades encuentran su origen en la sociedad agrícola balear, cuando los habitantes encomendaban sus plegarias a figuras míticas para proteger sus campos. Los Demonios de Mallorca llevan alegría a los hogares ofreciendo fantásticos espectáculos de máscaras demoníacas y grandes hogueras en las plazas, en honor a Sant Antoni los 17 de enero, a Sant Joan los 23 de junio, a Sant Jaume los 24 y 25 de julio, y a Sant Bartomeu los 23 y 24 de agosto de cada año.